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miércoles, 16 de diciembre de 2009

La ciencia del deporte

A principios del siglo XXI en el deporte a nivel competitivo y particularmente es de alto rendimiento, el médico, el científico y el entrenador deben involucrarse en la preparación de un atleta. La tendencia se ve en equipos que buscan aislar e identificar los “ingredientes” del éxito, para mejorar el rendimiento mediante cambios en la calidad de este movimiento, aquel método de preparación, esta pieza del equipo o en la dieta.

La ciencia del deporte metida en la medicina deportiva abarca varios campos: la fisiología del ejercicio, estudia los cambios en el funcionamiento de los sistemas corporales que se inducen en el entrenamiento deportivo. Un fisiólogo puede descubrir en un especialista en carreras de 1.500 metros planos por ejemplo, que su especialidad son en realidad los 5.000 metros planos, evaluando su capacidad aeróbica, anaeróbica y su composición muscular. O introducir métodos de entrenamiento en altura, para aumentar la capacidad aeróbica de un fondista.

La nutrición deportiva está orientada a la dieta más eficiente según la oportunidad. Así hay dietas especiales para las distintas especialidad des deportivas, y de acuerdo al momento en la pauta de entrenamiento o de competencias. La alimentación debe estar orientada a satisfacer las necesidades de consumo calórico de los deportistas, las de reconstrucción celular, además del restablecimiento de las reservas energéticas.

Pero la energía debe ser canalizada apropiadamente en un movimiento con una máxima eficiencia mecánica al menor costo energético. Aquí entramos de lleno al campo de la biomecánica donde se encuentran la medicina, con la física y la tecnología. Una reunión que ha permitido la evolución en la técnica de todos los deportes; como el salto de altura, por ejemplo, pulverizándose los récords cuando se introduce el estilo de rechazo de espaldas al obstáculo; o el salto con pértiga, donde además de cambios técnicos hay un cambio en los materiales y flexibilidad de la pértiga misma, doblándose en 50 años el récor de tres a seis metros de altura.

Como la pértiga evolucionan los materiales con que se fabrican las jabalinas, las zapatillas, más ligeras y de máximo agarre, los buzos parar correr o nadar, que intentan evitar el roce con el aire o con el agua... amparados por una sofisticación de los medios que muchas veces ocultan los fines.

Pero un salto con pértiga, el lanzamiento de una jabalina, un salto, en fin, todo gesto atlético necesita de un centro, por decir una profunda concentración, y una intensidad, para su ejecución perfecta. Algo que muchos deportistas logran en su entrenamiento, pero muy pocos bajo la presión de una competición. Ser capaz de mantener o subir el rendimiento deportivo bajo presión es una cualidad de los grandes campeones... Entramos a la dimensión inconmensurable de la mente, y al campo de la psicología deportiva, de los gurús del triunfo, más allá de los especialistas, personajes capaz de entrenar, transmitir e influenciar positivamente la mente de los deportistas.

La ortopedia y la traumatología deportiva es el campo que más tendió a asociarse con la medicina del deporte. Pero como hemos visto, ésta abarca un vasto campo de experimentos y descubrimientos, cuyos significados van más allá del mundo deportivo, con implicaciones que pueden afectar a toda la humanidad. En el deporte como en todos los ámbitos del quehacer humano, los usos de la ciencia dependen de la integridad y la honestidad de quienes manejan esta información y la ejercen; con el triunfo categórico de los países que pueden hacerlo por contar con los medios materiales, sobre aquellos que sólo se adscriben a las principios básicos de nutrición e higiene.
Dr. Mauricio Purto
http://www.cumbresdelmundo.cl/index.php?option=com_content&task=view&id=110&Itemid=52

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